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La homeostasis no es más que el equilibrio entre los sistemas del cuerpo.
Un sistema muy importante es nuestro Sistema Nervioso Autónomo. Existen dos tipos: el simpático, que genera un efecto de lucha o huida, dilatando las pupilas y aumentando la circulación sanguínea a las extremidades, y el parasimpático, que aumenta la circulación a los intestinos para, por ejemplo, procesar los alimentos.
Cuando los sistemas simpático y parasimpático están en armonía, nuestro cuerpo responde de forma equilibrada al estrés y a las exigencias diarias, reduciendo la tensión muscular y previniendo la disfunción espinal.
La quiropráctica desempeña un papel crucial en este equilibrio, promoviendo ajustes articulares que liberan la interferencia nerviosa y permiten que el sistema nervioso funcione correctamente.
Al restablecer la comunicación entre el cerebro y el cuerpo, la quiropráctica no solo alivia el dolor, sino que también mejora el funcionamiento general del organismo.
Invertir en la salud de la columna vertebral es invertir en el bienestar general. ¡Prioriza el equilibrio de tu sistema nervioso y disfruta de una vida sin limitaciones!
Fuente: Simon A. Sazon
