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¿Pueden los pacientes de cirugía de columna recibir atención quiropráctica?

Antes de responder a esta pregunta, es importante recordar que la quiropráctica es una profesión con diferentes técnicas, por lo que la mayoría de estas preguntas siempre serán ¡SÍ! Ahora bien, la técnica que se utilice depende. No necesariamente ajustaremos la columna vertebral con técnicas de alta velocidad y baja amplitud (que generan esos estratos). Dependiendo del período postoperatorio, el objetivo puede ser diferente: curación, ganancia de amplitud, ganancia de función, mejora de la fuerza o incluso alivio de los síntomas postoperatorios. En la mayoría de estas etapas, nosotros, como quiroprácticos, podemos ayudar. Generalmente, no inmediatamente después de la cirugía, sino después de unas semanas, se debe lograr la ganancia de amplitud. Y ahí es donde entramos nosotros como quiroprácticos. Por lo tanto, no hay de qué preocuparse. Al buscar un quiropráctico cualificado, tendrá más posibilidades de realizar el procedimiento correcto y lograr su mejoría. Y recuerde también que, incluso si se ha sometido a una cirugía en una región de la columna, las demás regiones necesitan cuidados para evitar que también la necesiten. ¿Qué es la inestabilidad atlantoaxial? Nuestra cabeza está sujeta por la columna vertebral, concretamente por un hueso llamado Atlas o C1. Así como el titán griego Atlas o Atlántida sostenía el planeta sobre sus hombros, este hueso es el responsable de sostener la cabeza.

Sin embargo, en afecciones graves como traumatismos, enfermedades inflamatorias graves, cáncer, síndrome de Grisel o problemas congénitos, el atlas puede volverse inestable. Esta inestabilidad se produce cuando se desplaza más allá del límite ideal para esa vértebra. Aunque es poco frecuente, se trata de una afección de alto riesgo, ya que se trata de una región donde puede provocar compresión de la médula espinal y causar graves problemas neurológicos.

Aunque es poco frecuente, es importante comprender que afecta principalmente a niños, debido a causas congénitas (de nacimiento) o al síndrome de Grisel. Por lo tanto, preste siempre atención a su hijo si presenta fuertes quejas de dolor de cabeza, dolor de cuello, debilidad muscular o una sensación de alivio del dolor al sostenerse la cabeza con los brazos, ya que estas son señales importantes que indican que debe llevarlo a urgencias para que se le realice una evaluación más exhaustiva lo antes posible.

Fuente: Artigue-se